Igualdad de género…



Expresión usada por muchas mujeres para defender su posición o lo que ellas creen que es su derecho. Si, tenemos derecho a que tener el mismo trato que los hombres. Y de hecho es un principio constitucional. Tenemos los mismos derechos, mismos deberes e iguales beneficios. 

 Sin embargo, a muchas mujeres se les olvida que por encima del género, está el respeto hacia el individuo, la consideración hacia otras personas. A veces estamos tan enfrascadas en que, por el hecho de ser mujeres, tenemos más derecho a una silla en el transporte público que los hombres. O por ser féminas, debemos recibir trato especial de otras personas. 

 Traigo esto a colación porque hace pocos días mientras iba a mi oficina, tomé el autobús que venía atestado de gente. Todos los puestos estaban ocupados y por supuesto, venía mucha gente de pie. En la misma parada, un joven al que le faltaba una pierna, abordó también la unidad acompañado de su mamá. En los puestos preferenciales, los cuales están designados especialmente para los impedidos, personas de la tercera edad y embarazadas, iban 3 mujeres sentadas. Ninguna de ellas era de la tercera edad, no estaban impedidas y ninguna estaba embarazada. 

Al ver la situación y como siempre ando metiéndome en lo que no me importa, les pedí a las tres señoras que, por favor, una de ellas le cediera el asiento al joven, a los cual dos se hicieron las locas y la tercera, después de hacerse la sorda (tuve que repetirle que el chico tenía muleta y le faltaba una pierna), no dio ninguna respuesta. El joven tenía derecho de sentarse en un asiento preferencial y una de las tres señoras, tenía el deber de cedérselo.  

Tratando de entender la conducta de estas tres mujeres, no pude más que preguntarme: ¿Se han perdido tanto los valores? Es que acaso el amor, la consideración hacia otras personas, en especial a los más necesitados, se ha perdido? A dónde fue a parar el “cariño natural”? ¿Estamos tan alejados así de lo que realmente importa? Lamentablemente, la pruebas dicen que sí. Y aún cuando sólo eran 3 mujeres las que les importó un pepino darle el puesto al joven necesitado, eso dice mucho de la humanidad en general. 


Pero mi deber como ciudadana, como defensora de la justicia, es poner mi granito de arena a través de este medio para que cambiemos nuestra forma de ser y de pensar, siempre para ser mejores. No importa si somos hombres, mujeres, niños, adultos mayores; siempre habrá oportunidades de ayudar al prójimo. Sólo tenemos que abrir nuestra mente y buscarlas. Podemos ser mejores, queremos ser mejores!!! 

 

“Todas las cosas que quieren que los hombres les hagan, también ustedes de igual manera tienen que hacérselas a ellos”.

Comentarios

  1. jajjaja interesante tu información, la falta de valores y moral esta a la orden del dia veo casos a diario en mi oficina y ya nada me sorprende. muy valiente nena al defender la justicia si estoy contigo en el bus diria: OHHHH la wonder woman de la concepcion .jajjajajja

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