Para Dorita


Hace poco leí por ahí que la falta de una madre es la ausencia más grande a cualquier edad. Y hace seis años lo vine a comprobar. Mi mami, Josefina, Fina, Finita, se durmió en la muerte. Yo pensaba que por el hecho de ser adulta, iba a saber manejarlo… que lo iba a superar rápido. No fue rápido y aún no lo supero; sólo que me acostumbré a vivir en esa nueva realidad. Fea, horrible, destructora, jamás pensada realidad. Pero tocó vivirla. Lamentablemente, la muerte es parte de la vida.. y así como aceptamos una, debemos asumir la otra.

Antes de su partida, durante su enfermedad y posterior a la muerte de mi mami, he tenido la dicha, el privilegio de contar con amigos y hermanos que estuvieron a mi lado, acompañándome, haciéndome sentir que no estaba sola y que si necesitaba de su ayuda, ellos estarían allí para mí. Una de esas amigas fue *Dorita*.

Mi mami y Doris en una asamblea
Les voy a contar una anécdota de Dorita que demuestra lo gran amiga que era. Ella y mi mamá fueron las mejores amigas que pudieron existir…tú las veías juntas y eran hermanas, cómplices, confidentes… Siempre se apoyaron una a otra en todo... desde emprendimientos, negocios, inventos, planes, salidas para divertirnos… el empuje que le faltaba a una, le sobraba a la otra… el ingenio que una tenía, la otra lo complementaba… siempre juntas ayudándose, aconsejándose…celebrando los logros de sus familia…la familia de una era la familia de la otra... bueno, en fin… creo que si me entendieron la estrecha relación que había entre ambas. Cuando a mi mamá le diagnosticaron la enfermedad, la tuvieron que operar. Esa operación se hizo en Maracay. Doris viajó desde Maracaibo a Maracay para ver y estar con su amiga del alma en ese duro trance… y hubo un momento en que Doris y yo estábamos en la sala de espera, conversando sobre el estado de salud de mi mami. Debo reconocer que en ese momento yo no estaba consciente de la gravedad de la situación. Al parecer Doris sí. Ella me miró, me tomó de la mano…y me dijo: “Tranquila, yo no te voy a dejar sola. Siempre vas a contar conmigo”. En el quinto aniversario de la muerte de mi mami, estábamos en la cocina de su casa mientras Doris preparaba la cena,  conversando y le dije: -Doris, gracias. Gracias por haber cumplido la promesa que me hiciste aquel día en la clínica. Nunca me dejaste sola. Siempre me apoyaste, siempre estuviste ahí para mí cuando más lo necesité.” –Para eso estamos mana”, me dijo.

Mis primeros años trabajando en Urbe

Doris me consiguió mi primer trabajo formal. En tanto se enteró que estaba haciendo un curso de inglés, me hizo el currículo y ella misma lo llevó a la Urbe. Gracias a ello, esa fue mi segunda casa por 14 años. Como nuestras oficinas estaban cerca, todos los días almorzábamos juntas. Cualquier duda de principiante, yo iba corriendo para donde Doris…”Doris, ¿Cómo hago esto?” “Doris, me están pidiendo tal cosa”. “Doris, a quién llamo para esto otro”. Hasta que fui agarrando experiencia, Doris me ayudó. 

Uno de los períodos más estresantes para un estudiante universitario es cuando están haciendo la tesis, específicamente esos días previos a la defensa. La computadora se te daña, el archivo no abre, la impresora se desconfigura…cae un meteorito y te quema el respaldo.. y cuando todo eso me pasó a mí, Doris súper segura de sí misma, me miró y me dijo: “calmáte. Ya vamos a resolver”. Y resolvía. Cuando Doris estaba allí, tú sabías que las cosas iban a estar bien. Ella era ese pilar que te daba la seguridad y te quitaba el estrés. Gracias a que Dorita habló con el que era, pude conseguir la beca con la cual me gradué.

Ella estuvo a punto de conseguirme novio (pero yo no me dejé). Un día, saliendo de la reunión, de camino a la casa, era de noche y como casi no veía por donde iba caminando, yo la llevaba de mi brazo y muy sutilmente me preguntó.. “Fulano no te gusta?”. Yo, más sutil todavía le dije: -“No! ya no. Antes si, hace años. Ahora no”. Y ahí murió el asunto. Tiempo después me enteré que ella estaba haciendo un mandado.

Barajando cartas tipo casino

Nunca le pude ganar un juego de ludo. Houdini se quedó bobo al lado de Doris cuando tenía dados en la mano. Todas las casillas  para ella eran doble tiro. Pero cuando caía yo, no. “Me toca a mí”. Imagínense, una tramposa jugando contra una novata. Y quien discute las reglas de un juego cuando todo el mundo lo juega diferente? -“Nosotras lo jugamos así”. “Es que vos no pensáis la jugada” jajaja muergana esa!

En el concierto Tributo al Tío Simón
“Soy una chama trapada en un cuerpo de vieja”, decía ella. Y era así. Doris era jovial. Con ella podías contar si de ir a un concierto o a un desfile de moda se trataba. Una vez, junto con otra amiguita, nos fuimos a un desfile de moda. Nos vestimos de negro (porque ese era el dress code) y llegamos al Hotel Maruma. Era entrada libre, por orden de llegada. Pero cuando llegamos allá, teníamos más de 300 personas por delante. Obvio, no pudimos entrar al evento porque no había espacio para tanta gente. Así que nos quedamos vestidas y alborotadas tomándonos fotos en el lobby del hotel. En otra ocasión, mi mami, ella y yo fuimos a un concierto en honor a Simón Díaz. Esta vez sí pudimos disfrutar del show. Ella era así. Le encantaba hacer cosas divertidas. Era de esas personas que no les da pena nada y que se atreven a hacer cosas que otros no, como lanzarse por un tobogán en una piscina.

A veces me sacaba de quicio… es verdad... porque decía: “las cosas se hacen mejor así”. “Como yo lo hago es mejor”. Y si, la mayoría de las veces tenía razón! Las cosas quedaban mejor a su modo. “¿Quién puede con eso?” (era una de sus frases favoritas).

Mi mamá era una excelente cocinera. Todo lo quedaba delicioso. Pero lamentablemente yo no supe aprovechar esas habilidades. Así que cuando me tocó hacer comidas, Doris me iba dando tips para que los platos me quedaran mejor. “La podéis hacer así”. “Mejor echále tal cosa”. Ella me enseñó a hacer el postre que mejor me queda: El pie de limón! Si, y no lo digo yo. Lo dicen aquellos que lo han probado.

Antes de morir, mi mamá cuidaba a mi abuela que estaba en cama. Y cuando a mi mami tuvieron que operarla, Marce, Doris y Andreina se la llevaron a su casa para cuidarla, que pudiera guardar el reposo correspondiente y se recuperara más rápido. Este gesto fue muy bien visto por nuestros familiares no testigos y vecinos quienes le agradecieron a ellas por esa buena acción. Al enterarse de la muerte de Doris, uno de ellos dijo: “Dios la tiene en muy buena posición por lo que ella hizo por Fina cuando la operaron. El habérsela llevado a su casa para que guardara reposo fue muy bueno y Dios la va a recompensar por esa buena obra”.

Si, Jehová no se olvida de sus amigos ni de las cosas buenas que hicieron por Él y por otros. Los tiene muy bien guardados en su memoria y ansía despertarlos para darles la recompensa: vida en el paraíso prometido. Y allá, nuevamente junto a Doris y mi mami, estaremos completas.💞

Con mis dos madres, Fina y Doris 💛

Comentarios

  1. Que conmovedor tía 😘🤗👏❤️

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    1. Que lindo es tener amigas que aman a Jehová y que están hay cuando más las necesitamos en este caso tan conmovedor la hna Doris y la hna Josefina son ejemplos del amor a Jehová con su amor se apoyaron cada una cuando más se necesitaban y cuando más lo necesitaste como dice:Proverbios 17:17.
      1"El verdadero amigo ama en todo momento y es un hermano en tiempos de angustia.❤️

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    2. Si es verdad..Aunque dentro del pueblo de Jehová podemos tener muchos amigos, nos hacemos íntimos con unos pocos.

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    3. Que palabras tan hermosas y que bien describes a tú mamá y a Doris. Fueron hermanas ejemplares, de la clase de amigaa que todos quisiéramos tener. De verdad, que bien supieron aplicar Prov. 17:17 y 18:24. 😔 Jehová las guardé en su memoria. (Job 14: 14, 15)

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  2. Gracia por este detalle tu días a conocer la Dory amiga

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