Mi travesía tratando de Apostillar.


Para nadie es un secreto que muchos venezolanos quieren irse del país. Sí, además de los millones que ya han salido, todavía quedamos muchos con la esperanza de buscar nuevos rumbos, nueva y mejorada vida. Vamos a hablar claro. Se van porque aquí el sueldo no alcanza PARA NAAADA!!! No hay comida…y la poca que se encuentra está demasiado cara. Sólo un ejemplo, un kg de arroz o un kg de harina cuesta el salario de un mes. Sólo hay que hablar con el que va sentado a tu lado en el transporte público, el que está haciendo la cola del banco, vecinos, familiares, compañeros de trabajo; para darse cuenta de que no eres el único que está pasando las de Caín. Súmale a esto el hecho de que no hay medicinas, hay muchísima inseguridad, corrupción, etc etc.

Así que cuando comenzó el año 2018, me puse como meta que para el mes de Abril, ya debía tener mis papeles listos para irme yo también. Papeles? Pasaporte (✔), Partida de nacimiento (✔), Título Universitario apostillado (en trámite). Y de esto es que quiero hablarles en esta oportunidad. Quiero ponerles al tanto de la odisea que, hasta ahora, he tenido que hacer para llegar al punto de poder apostillar mi título y así ejercer mi carrera de forma legal; esto con el fin de guiarlos un poco en el proceso y para que sepan qué deben hacer si también quieren emigrar.

Primero: Partida de nacimiento. Gracias a que mi mami era muy diligente cuando le pedía el favor de hacer algún trámite, tengo la partida de nacimiento en el “nuevo” formato. Así que sólo tuve que ir a la prefectura donde está mi acta de nacimiento para pedir una nueva hoja (dice lo mismo porque los datos que allí aparecen no cambian nunca. No me he cambiado el nombre, no nací en otro hospital y los nombres de mis padres tampoco cambiaron). Pero bueno, el Ministerio de Relaciones Interiores pide que la firma del prefecto sea la actualizada. Lo piden, hay que hacerlo. Así que ir a buscar la partida de nacimiento no fue algo difícil de lograr (sólo que llegué a la prefectura a las 7 a.m. hice una cola hasta las 12:30 a pleno sol para dejar la copia y pasar al otro día a retirar la nueva; una vulgar fotocopia donde ni siquiera se ve el sello de los seca que estaba la tinta). Retiré mi fotocopia y listo. Salí de allí brincando en una pata porque había logrado hacer un trámite sin mucho esfuerzo. Yo decidí no apostillar mi partida de nacimiento.

Ahora, apostillar el Título es una cosa de otro nivel. Les cuento. Para apostillar el documento deseado (certificado, titulo, partida de nacimiento, acta de matrimonio, reconocimiento, etc) se debe solicitar una cita que sólo la da en Ministerio de Relaciones Interiores a través de su página web (http://citaslegalizaciones.mppre.gob.ve). Previamente debes registrarte en la página, ellos te envían usuario y clave a tu correo electrónico. Posteriormente ingresas a la página y solicitas tu cita en el estado que más te convenga. Lo bueno, mis queridos lectores es que para ingresar a la malvada página, debes afinar tus habilidades de cazador. Porque debido al gran tráfico que tiene diariamente, el sitio es más leeeeeennnntoooo que morrocoy con muletas (citando a Yajaira Semprun). Además, no está abierto las 24 horas, no no noooo. Sólo se puede acceder de lunes a viernes de 6:00 p.m. a 6:00 a.m. sábados y domingos, todo el día. Así que para buscar mi cita, comencé por ahí como el 16 de enero a tratar de ingresar al sitio. El registro es fácil. Una vez que tuve mi usuario y clave sólo me quedaba buscar la cita. Al principio, se tardaba entre 5 y 10 minutos con cada click del mouse. Ingresar usuario: 10 minutos. Ingrese clave: 10 minutos. Ahora el capcha: 10 minutos más… Ah! Otra cosa…la conexión a internet es un asco; debido al robo de cableado, las conexiones son cada día más lentas… así que corría con la posibilidad de que entre uno y otro clic, se perdiera la conexión y me saliera el famoso “error 404”. Así que me armé de paciencia…estuve entre 3 y 4 horas sólo para ingresar la primera vez. Pero saben qué? Un día sábado como a la 1 p.m., lo logré. Ingresé! Así que contenta como nunca…procedí a cargar el documento que quiero apostillar…”está segura que es el único documento?” –“Si”. Muy bien, ahora “elija el estado donde quiere su cita”. –Zulia, por supuesto…” NO HAY FECHAS DISPONIBLES!!!!!! Nooooooooooo…… En los dìas siguientes, ésta historia se repitió no menos de 50 veces (sin exagerar, de pana).

Alguien me aconsejó: “Zulia y Distrito capital son los más buscados. Si quieres que te salga rápido, debes escoger otro estado” Listo… “Falcón… NO HAY FECHAS DISPONIBLES. Trujillo: NO HAY FECHAS DISPONIBLES. Lara: NO HAY FECHAS DISPONIBLES. No había fecha disponible en ningún estado. Ya no es la página que no abre, ahora es que no hay fechas en ningún estado. Y así continuó hasta finales de enero.

Grupo en Facebook
Algo bueno que tienen las redes sociales, además de mantener el contacto con la gente que ya no tenemos cerca y de los memes (☺), es que algunos usuarios ha creado grupos de apoyo para casos como este. Así que a través de Facebook y Twitter, me uní a un grupo, donde sus integrantes apenas abre la página, ya ellos te están avisando. Además, te dan trucos tales como bajarle extensiones a tu navegador para burlar el servidor y puedas ingresar a la página (o algo así); o conctarte a una hora de la madrugada en específico donde hay menos tráfico, etc. Sólo debes activar las notificaciones y listo. En ese momento, cuando te llegue la notificación, DEBES, ES OBLIGADO que dejes de hacer lo que sea que estás haciendo y corras a ver si logras el milagro de obtener tu cita. Fue gracias a uno de estos grupos de apoyo que yo lo logré …. y tú también puedes hacerlo. Llama ya!
Grupo en Twitter

La tarde del 26 de enero, finalmente y como nunca, logré obtener mi cita para apostillar en Maracaibo, mi ciudad. Casi un mes intentando entrar a cualquier hora. Me despertaba a media noche y pensaba: “Habrá citas? Voy a entrar” a las 4 a.m… a las 8 p.m. a las 10 p.m. naaada… Pero ya…tengo mi cita!


La misma travesía que yo hice, el mismo trauma que muchos jóvenes y otros no tanto, pasamos para legalizar un documento y así poder trabajar “en lo tuyo” cuando llegues a ese país que te abrirá sus puertas. Al fin y al cabo, es lo que todos queremos. Muchos no se van para hacerse ricos, sino simplemente porque quieren vivir una vida tranquila sin pensar todos los días “¿qué vamos a comer mañana?", "no tengo jabón para bañarme ni para lavar ropa", "se me acabaron las pastillas de la tensión", "hoy no hay diálisis porque se dañaron las máquinas", "déjame meterme el celular por aquí para que no me lo vean y me lo roben", "ya no quiero comer más yuca” entre otras cosas. Otros se van para poder enviarles dinero a sus familiares que se quedan, tantas razones y todas válidas.

Así que mis queridos lectores, mañana finalmente tengo mi cita para apostillar. En la próxima entrada, les contaré cómo me fue.

Continuará...



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